viernes, 28 de marzo de 2014

RESEÑA DE "LA CÚPULA" DE STEPHEN KING.



 Observar lo que ocurre cuando una pequeña localidad estadounidense se ve de pronto, de la noche a la mañana, cercada por una misteriosa barrera de naturaleza desconocida, resulta en un principio de lo más tentador. Esa extraña cúpula transparente que encerrará, sin que nadie sepa por qué, esa zona del mundo, de entrada despliega un amplio abanico de posibilidades. Un argumento que desde el principio atrae a todo aquel que guste de un poco de terror imaginativo. Además, cuenta con uno de los comienzos más interesantes y entretenidos que he leído en una obra de estas características.
Cuando empecé a leer esta novela mis expectativas eran verdaderamente altas y, aunque a la larga no me defraudó, si que es cierto que no acabó de ser todo lo entretenida que esperaba. Los ingredientes que King ha decidido poner a "hervir a fuego lento", dentro de esa "gran cazuela", son sin duda los idóneos para preparar una buena historia. Sin embargo, es cierto que encuentro algunas partes de la novela un poco flojas para mi gusto. Y no me refiero a que decaiga la acción ni se vuelva soporífera, sino que quizás se aleje un poco de los aspectos que pueda yo encontrar más interesantes en este tipo de historias. No obstante, en conjunto me ha parecido una obra entretenida y bien elaborada. El maestro King hace gala de uno de sus mayores despliegues creativos a la hora de elaborar un amplio elenco de personajes, donde hay para todos los gustos. Uno de los aspectos más interesantes es la forma en la que el autor nos muestra lo peligroso que puede llegar a ser el hecho de que, de pronto, una zona poblada quede aislada por completo del resto del mundo civilizado. Y sobre todo cuando hay, entre los confinados, personas de ego exacerbado con un ansia de poder irrefrenable. Una megalomanía que espera agazapada su momento idóneo para emerger de las profundidades de una mente fría y enferma. Y la cúpula es, sin duda, un elemento que puede apartar a un lado y de forma rotunda, todos y cada uno de los escollos que puedan entorpecer el avance de esos tiranos en potencia. Tenemos de este modo desplegado el escenario perfecto para que comiencen a bullir todos los miedos, las perfidias o, también por el contrario, las más puras acciones altruistas o incluso heroicas. Es por tanto como un mundo a pequeña escala, donde los tiranos ven su ocasión de esgrimir la despiadada batuta del poder sin apenas cortapisas, las mentes retorcidas su pequeño paraíso de maldad y también donde las personas sencillas pero bondadosas se enfrentarán con sus miedos, venciendo algunas veces, e incluso sacando a relucir el héroe que llevan dentro. 
 El autor ha sido cuidadoso a lo hora de enfocar y desplegar todos y cada uno de los detalles que dibujarán esa hipotética realidad por él concebida. De hecho, ha preferido esperar un buen puñado de años antes de enfrentar esa tarea. Y es que King ya tenía pensada esta historia desde hace mucho tiempo, pero decidió postergarla, por miedo a no contemplar de manera adecuada todas y cada una de las circunstancias que puedan darse bajo ese fenómeno que es "la cúpula". Finalmente lo hace, a mi juicio, con acierto. Describe detalles que nos meten de lleno en esa realidad imaginada. No deja en el aire aspectos climatológicos, físicos o emocionales como los que sin duda pueden florecer en un ambiente de semejante índole.
 Y aunque al principio de esta reseña mencionaba que, para mi gusto, encontré la novela un poco aburrida en algunas partes de la misma, sobre todo hacia la mitad, en su conjunto, insisto, me ha parecido una historia muy bien ambientada, con muchas posibilidades por explorar y muchos personajes que enriquecen la trama.
 Cabe mencionar que, como el propio escritor admite en los apéndices, es una de las obras más crudas y viscerales que ha escrito. Y es que se narra en sus páginas algunos pasajes bastante violentos no exentos de minuciosos detalles un tanto sangrientos.
 Uno de los puntos fuertes, y que nos mantiene atentos y anhelantes de respuestas, es el ansia de conocer el origen y la verdadera naturaleza de ese extraño artificio que todos denominan "la cúpula". Y todos la denominan así aún sabiendo muy pronto que en realidad no era exáctamante una cúpula. Quizás al final la explicación revelada por el autor sea un tanto ambigua, pero lo cierto es que eso, en mi opinión, no hace sino enriquecer un poco más el conjunto de la obra. Y es que deja algunas puertas abiertas a nuestra propia imaginación.
 Como anécdota añadir que, en cierto modo, la novela me ha recordado un poco un relato de Lovecraft. En realidad tan sólo tienen un nexo en común ambas historias. Pero no he podido evitar sentir en algunos momentos la misma claustrofobia y agobio que sentía el personaje del escritor de Providence, tras caer preso en las entrañas de un laberinto de invisibles paredes. 
 Ahora queda echar un vistazo a la serie, a ver qué tal han llevado a la pequeña pantalla esta historia.

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