martes, 4 de octubre de 2011

La clave olvidada (22 Nov 2010, 00:05)

 Es difícil poder imaginar las respuestas a todas esas preguntas que asolan nuestra mente. Tantas veces nos hemos atormentado intentando vislumbrar una explicación racional, con la cual poder justificar tantos sinsentidos dentro de este mundo. Muchos son los filósofos que han tratado de aportar luz, quizás con teorías tan confusas y retorcidas, que lejos de iluminar nuestro camino, lo han tornado aún más sinuoso y plagado de incógnitas. Debo aclarar por tanto, que en el presente escrito, no trato de ver con lógica los acontecimientos de los que hablo, sino tan sólo plasmar la sensación que despiertan dentro de mí. Algunos han querido ver en las guerras fratricidas que llevan asolando nuestro mundo desde la noche de los tiempos, un simple mecanismo, que la propia naturaleza implantó en nuestro código genético, para evitar que nos expandamos sobre la piel del mundo de una forma incontrolada. Otros han visto en ellas la llave que les abrirá las puertas de un paraíso prometido, en el cual morarán sus almas por el resto de la eternidad. Para muchos otros es la forma única de luchar con eficacia por sus ideales. Todo ello como digo, son simples hipótesis basadas en ideas filosóficas o religiosas. Sin embargo, lo que mis entrañas responden cuando medito profundamente, alejando mi mente del mundo exterior y de gran parte de sus influencias, es algo mucho más a un nivel espiritual. En esa parte del inconsciente colectivo que forma parte de todos y cada uno de nosotros, aún persiste una idea que alguien dejó plasmada en otro tiempo, y que por desgracia, parece haber caído en el más triste olvido para nuestra especie. Una frase muy sencilla, una idea tan razonable como comprensible. Y sin embargo, sin saber por qué, justamente en nombre de esa misma idea, se lleva haciendo todo lo contrario durante siglos y siglos.

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